viernes, 14 de marzo de 2014

  La sexualidad en envejecientes, un acto de amor.

Marlenin Del Pilar Ortega  

El acto sexual es una función natural del ser humano. Somos seres sexuados desde que estamos en el vientre de la madre.

Sexualidad hay siempre, el tema es como se maneje en adultos mayores o envejecientes.   Cuando somos adolescentes o ya adultos, por lo general,  ponemos en tela de juicio  el hecho de que   nuestros padres y abuelos, con todos los achaques que traen  los años, sigan disfrutando bajo las sábanas.

Es decir, la creencia popular es que cuando una persona entra en años debe ponerse en su puesto. La sociedad  se encarga de poner límites y el envejeciente  al entender que estos son los patrones establecidos, simplemente los acepta.

En la República Dominicana, como en muchos otros países subdesarrollados,  en torno al tema de la sexualidad y el amor en personas mayores persisten muchos tabúes, dignos de un profundo análisis psicológico y sociológico.

En el caso de la mujer cuando enviuda, por ejemplo,  los hijos se encargan de planificarle la vida  y tras un consenso familiar dictaminan: ¨a mamá ahora le toca cuidar a los nietos¨. Cuando el caso es el hombre, la versión, por supuesto, es otra, y los hijos enfatizan en decir: ¨papá, usted tiene que rehacer su vida¨. 

Es como si  se entendiera que la vida  independiente para estas personas terminó y los hijos deben y tienen que tomar las riendas de sus vidas.Esto no es lo correcto. Ana Simó, psicóloga sexual, al referirse al tema afirma que los dominicanos, durante esa etapa de la vida, no disfrutan de una vida sexual a plenitud.

Estudios  realizados en España referentes a la vida íntima de los mayores de 65 años muestran que el deseo sexual disminuye con los años, pero no desaparece. Señala, además, que para envejecer de una forma saludable hay que hacer ejercicio, comer equilibradamente  y practicar sexo.

Las relaciones íntimas reducen la depresión en un 50%, combaten  la ansiedad y mejoran el tono muscular y cardiaco.  Todos estos datos son confirmados por la especialista dominicana quien explica que  tener coito es un ejercicio cardiovascular.

El sexo ayuda a preservar la salud física y psicológica, de ahí -de acuerdo a Simó-  la importancia de su práctica durante esta última etapa de la vida. Cuando una persona entra en edad se siente sola; llega la jubilación, los hijos se van de casa (lo que se conoce como nido vacío), y entiende que  es un ente inútil, dice. Por el contrario, señala ¨cuando envejece y continúa con una vida sexual activa esa persona se siente valorada.

Si es hombre siente que está vivo, que todavía puede satisfacer a una mujer y por consiguiente ésta se siente bien¨. Con una vida sexual activa disminuyen los achaques propios de la edad, las crisis de depresión, mantiene un cuerpo ejercitado y previene afecciones cardiovasculares.

Lo más importante es que la persona se sienta valorada, viva, útil y activa, que no solo es tocada  cuando  le untan mentol.

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