Ángela María Ogando Martínez
A mediado va pasando el tiempo por las distintas situaciones en la que se ha visto envuelto el sentimiento mas lindo de la humanidad, ese capaz de poner fin a las guerras, de unir naciones que antes estaban una contra la otra y claro por que no, de juntar dos personas que antes se odiaban.
Muchos al escucharme cavilaran que estoy hablando de algún milagro o de un fenómeno nuevo que atacara la tierra, pero no, me refiero al Amor.
Amor, palabra que ha perdido su valor tras el tiempo. Las personas lo han materializado y por ello ha perdido hasta su credibilidad.
Pero existen diferentes situaciones, están aquellas parejas que llevan años estando juntas según ellos por que se aman cuando en realidad lo que están es acostumbrado el uno al otro cosa que duele aun más todavía, por que ya ni siquiera se diferencia el amor de la costumbre.
¿Donde quedaron las maripositas en la mansa, las miradas tiernas, sobre saltos en el pecho cuando ve a esa persona, las manos y pies sudados cuando están cerca? Lamentablemente todo eso se ha transformado en unos buenos zapatos, un lindo vestido, viajes y otras comodidades que hacen aparentar frente a la sociedad que es producto del amor cuando en realidad solo son vanidades del mundo que llenan tu vida de alegría pero solo mientras estas viviendo el momento.
¿Cuando llega la noche en el silencio de la oscuridad, en tus momentos mas íntimos contigo mismo, podremos ponernos unos lindos zapatos o un lindo vestido y volverá la alegría a nuestros corazones? o saldrán lagrimas de culpas por estar viviendo en un mundo prestado fingiendo ser devota de amor cuando en realidad somos esclava de la vanidad. Si un mundo prestado porque del polvo somos y al polvo volveremos.
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