Yojabel Ayala Santana
Leonardo Bastida Aguilar – NotiMX
México DF, septiembre 19 de 2011.
El embarazo en una adolescente no sólo representa un alto riesgo para
la salud de ella y su producto, sino que también tiene una repercusión social y
económica, ya que la maternidad a tan temprana edad reduce las oportunidades
educativas o genera el abandono de los estudios, lo que puede incidir en
exclusión y desigualdad. Por tal motivo, la SEP, luego de años de presión de
organizaciones de mujeres, creó un programa de apoyo económico a estas
adolescentes.
“Cuando supe que iba a regresar a la escuela me sentí feliz porque iba
a volver a estudiar y podría terminar una carrera”, narra Rosalba, quien
pensaba que jamás volvería a estudiar después de dar a luz a Ximena, a los 11
años de edad. Al recordar el momento, una breve sonrisa se dibuja en su rostro
ensimismado que se niega a mirar hacia adelante.
Originaria del estado de Hidalgo, Rosalba recibió apoyo del Sistema
para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) tras haber resultado
embarazada, producto de un abuso sexual, mientras cursaba el cuarto año de
primaria. Así, fue trasladada a la ciudad de México a una casa hogar. Al paso
del tiempo, regresó a la escuela para cursar el quinto año. Con la mirada
cabizbaja y una voz tenue, la menor comenta que estudió quinto y sexto y obtuvo
un promedio de 9.8, lo cual le permitió ingresar a la escuela de su elección,
una secundaria diurna cercana a su actual residencia. Gracias a la intervención
de las autoridades de la escuela y a su tutor, Rosalba pudo ingresar al
Programa Becas de Apoyo a la Educación Básica de Madres Jóvenes y Jóvenes
Embarazadas (Promajoven) de la Secretaría de Educación Pública (SEP) desde el
quinto año de primaria. El apoyo consiste en 650 pesos mensuales durante el año
escolar en curso.
Para ella, este apoyo ha sido de suma importancia ya que le permite
pagar algunos gastos que la casa hogar no cubre como algo de ropa para ella y
su hija, así como algunas visitas al cine, sitio al que, comenta con una
sonrisa maliciosa, le gusta ir cada vez que puede, o también comprar material
escolar para ella o Ximena. “Es bueno que nos den un apoyo para así poder
seguir estudiando y sacar adelante a nuestros hijos”.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía
(INEGI), en su informe Estadísticas a propósito del Día Internacional de la
Juventud, entre las adolescentes de 15 a 19 años que han tenido relaciones
sexuales, tres de cada cinco no usaron método anticonceptivo en su primera
relación sexual, a pesar de que 97.6 por ciento conoce o ha oído hablar de un
método de control natal.
Sobre las jóvenes que viven con una pareja estable, el reporte señala
que 62 por ciento de ellas usan algún anticonceptivo, mientras que una de cada
cuatro adolescentes unidas (24.7 por ciento) no los usa. De este último sector,
43 por ciento consideró no necesitarlo o está embarazada y 19.3 por ciento no
lo usa porque quiere embarazarse. En México cuatro de cada diez mujeres jóvenes
tienen al menos un hijo nacido vivo, entre las adolescentes la razón es de una
entre cada ocho.
Las becas no fomentan embarazos
En su diagnóstico Promajoven, la SEP señala que en el país, 869 mil 74
adolescentes entre 12 y 17 años tienen al menos un hijo. Por tal motivo, desde
2004, la SEP creó el programa, luego de un cabildeo exitoso de organizaciones
feministas en la Cámara de Diputados con la finalidad de garantizar el derecho
a la educación, combatir el rezago educativo, el analfabetismo e igualar las
oportunidades educativas de las mujeres jóvenes y adultas.
Aunque aclara: “no fomenta el embarazo, sino busca apoyar a este sector
promoviendo su derecho a estudiar”. Tres años después de su creación, el
programa se adhirió al Plan Nacional de Desarrollo 2007-2012, que en su
apartado 3.3 contempla la necesidad de una transformación educativa, debido a
los rezagos que se presentan en la educación básica donde más de 30 millones de
personas mayores de 15 años no concluyeron la primaria o la secundaria. De esta
cantidad, advierte la presentación del programa, más de la mitad son jóvenes de
entre 15 y 35 años. El promedio de escolaridad es de 9.7 años y la meta es que
alcance los 12.5 años.
Severiano Díaz Pérez, subdirector de operación de la Coordinación
Sectorial de Educación Secundaria, encargado del programa en el DF, explicó a
Letra S que el programa funciona por medio de un comité técnico integrado por
un representante de cada uno de los niveles involucrados –primaria y
secundaria– y se encarga de difundir entre directores e inspectores el programa
para que apoyen a las alumnas que lo requieran.
Además, aseguró, se hacen labores de concientización con los directores
e inspectores debido a que en muchas ocasiones ellos mismos tratan de ocultar
la situación. En esta capacitación, explicó, se les hace saber que la escuela
tiene como responsabilidad buscar alternativas para que las alumnas continúen
sus estudios, ya que lo importante es que no las marginen. Por tanto, se les
invita a hablar con los padres de familia y detectar casos de embarazo.
Para evitar que al finalizar el ciclo escolar la jóvenes deserten de la
escuela, el Promajoven maneja las becas de continuidad que permiten terminar un
ciclo específico, por ejemplo, la primaria o la secundaria. En el cambio entre
primaria y secundaria, no se renueva de manera automática porque primero se
debe comprobar que la alumna ya cambió de nivel y que está inscrita en una
nueva escuela, añadió.
Por otra parte, Díaz Pérez, reconoció que hay aspectos por mejorar en
el apoyo que se le daba a las chicas, entre ellos, brindarles un espacio en el
cual pudieran dejar a sus hijos mientras asisten a clases debido a que la mayor
causa de deserción escolar de este sector en años pasados fue que no hubiera
quien les cuidara a los niños. Por tal motivo, a partir de este año, Promajoven
DF, tras firmar un convenio con la Coordinación de Preescolar, apoyará a las
alumnas que lo requieran para dejar a sus hijos en el Centro de Desarrollo
Infantil más cercano a su hogar, mientras ellas acuden a clases.
Sobre los resultados del programa, el coordinador indicó que a cuatro
años de su implementación la deserción es mínima “y se ha logrado un impacto
positivo”, en el que el 90 por ciento de las beneficiadas ha podido concluir
sus estudios. Para lograr esto, se ha pedido a las escuelas que en cuanto se
detecte que una alumna deja de asistir a clases, la trabajadora social
investigue por qué lo ha hecho y, en caso de ser por un embarazo o un hijo,
brindarle el apoyo lo más rápido posible.
Así, señala el funcionario de la SEP, “se pretende brindar opciones más
allá de lo económico”. Además, consideró que el programa ha sido bien recibido
por las estudiantes y docentes. “Hoy en día hay mayor demanda porque el
programa es más conocido. Esto no significa que haya más embarazos sino que se
ha difundido mejor el programa”.
"Mal ejemplo", motivo de rechazo
El Estudio de Diagnóstico Nacional sobre el Rezago Educativo que
presentan las Madres Jóvenes y las Jóvenes Embarazadas en relación con la
Educación Básica, realizado en 20 municipios de Chiapas, Guerrero, Estado de
México, Oaxaca, San Luis Potosí y Tamaulipas por la Universidad Nacional
Autónoma de México, señala que gran parte de las jóvenes que continúa sus
estudios después de un embarazo se enfrenta a la reprobación, repetición, e
incluso a nuevas deserciones posteriores a su regreso a la escuela o a los
estudios del sistema abierto; además, enfrenta inequidad de género ante su pareja
o su familia.
Aunado a esto, indica el texto, no hay lugar, interés social o
comunitario suficientes para reincorporar a las jóvenes madres o embarazadas a
los estudios. Incluso, advierte, en algunas escuelas hay resistencia a aceptar
a las chicas debido a que “el mal ejemplo puede cundir”. Otro aspecto que se
debe mejorar, señala el documento, es el tiempo que pasa entre el momento en
que la interesada presenta su solicitud de apoyo y el cobro de éste, el cual
puede ser de unos meses hasta un año.
Asimismo, los expertos del Instituto de Investigaciones Sociales de la
UNAM consideraron que es necesario diseñar una estrategia de difusión y
promoción de la beca de acuerdo a los contextos sociodemográficos de las madres
jóvenes, promover el programa en espacios como clínicas, centros de
convivencia, mercados, comercios y espacios públicos, y atender a este sector
de la población después de haber cumplido los 19 años.
“Embarazo en las adolescentes,
responsabilidad de las autoridades”
Al igual que
en República Dominicana, países como México,
Nicaragua, Haití y Guatemala
sufren de las más altas cifras de los casos de las adolescentes
embarazadas. Este reportaje hace un investigación acerca de las instituciones
que apoyan esta problemática, y qué programas y labores desarrollan.
Es muy
importante que investigaciones como estas se den a conocer, porque es un
llamado a la conciencia de la sociedad y de las autoridades que dirigen las
instituciones. Esta investigación busca hacer un llamado al accionar de las
personas y a la solución al problema.
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