Rocío De Castro
El amor abarca una
gran cantidad de sentimientos, desde el deseo pasional y de intimidad
hasta el amor romántico y familiar.
Pero existe un amor que va mas allá de la muerte, es decir,
las personas mueren y se siguen queriendo igual que el primer día de haberlo
conocido.
¿Será esto cierto, podemos llegar a amar tanto que en muchas
ocasiones incluso llegamos a herir porque no aceptamos su partida?, según la
terapeuta sexual
y psicóloga Ana Simo; Vivimos una cultura del amor que habla
de sacrificio y dolor y no es sano, donde hay amor no existe daño.
En
muchas ocasiones podemos escuchar personas decir que el que ama sufre, y no es
así, si amas no necesariamente debes sufrir, amar es sinónimo de felicidad,
comprensión, armonía, paz, entendimiento, entre otros.
Bíblicamente cuando una persona contrae nupcias, es
bajo el convenio de hasta que la muerte los separe, es decir, inmediatamente la
persona muere su esposa/o queda libre. Esto quiere decir que ya puede hacer su
vida cuando quiera con alguien que crea pueda llenar el vacío que la otra persona
dejo, aunque nunca va a poder sustituirla/o.
Pero la verdad es que se puede decir que, si existe
el amor mas allá de la muerte, pero ya no como un amor pasional, sino como un
amor que te deje dicho que esa persona fue muy importante en tu vida, que será
imborrable, pero no quiere decir que nunca te casaras ni nada por el estilo,
debes continuar tu vida, teniendo en
cuenta de que si Dios permitió que esa persona se fuera antes que tu, es porque
él tiene un propósito en ti.
Pero, de no entender cuál es el propósito de Dios
en tu vida, creo que lo recomendable seria buscar ayuda psicológica, porque de
continuar amando una persona ya muerta, es porque de seguro tienes problemas
psicológicos.
Es por estas y otras razones que deberíamos amar
sin condiciones, pero teniendo en cuanta que esa persona no estará para siempre
a nuestro lado, debemos prepararnos mentalmente para que cuando llegue ese día
no nos tome por sorpresa su partida y le
digamos adiós para siempre.
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