lunes, 24 de febrero de 2014

Amor vs interés, ¿quién manda?

Siempre se ha dicho que el amor es la fuerza que mueve al mundo, que sin amor  las relaciones humanas, principalmente las uniones amorosas se vuelven vanas, sin embargo al preguntarle a varios jóvenes sobre  qué realidades generaban inconvenientes en las  parejas de estos tiempos  salió a relucir la parte económica, lo que demuestra que actualmente entre el amor y el interés son pocas las diferencias.

Si bien lo dice un refrán popular muy escuchado en República Dominicana: “El amor y el interés se fueron al campo un día, pero más pudo el interés que el amor que se tenían”,  en estos días el interés es uno de los causantes principales de dos situaciones en las que se supone que el amor debería de ser el principal protagonista: primero,  uniones matrimoniales en la que el amor no está en primer lugar, sino el deseo o la necesidad de estar con alguien que le acomode y le brinde una mejor calidad de vida; y segundo, las separaciones por la mala condición económica, generalmente del sexo masculino. Y pese a que estamos ante una sociedad que va en busca de la igualdad de género, el hombre  no puede darse el lujo de  carecer del dinero que le permita realizar actividades propias de la pareja,  mucho menos cuando se trata de  satisfacer los gustos de su mujer.
“El hombre que no tiene dinero no es nadie” es una de las frases que resaltaron los jóvenes cuestionados, quienes en su gran mayoría aseguraron que el éxito del hombre para conseguir una pareja dependerá de su situación económica.

Es  esa situación que lleva a muchos a preguntarse si realmente el amor es el poder que mueve al mundo, o está el interés acabando con el  sentimiento  llamado amor que  según dice la biblia: “Tener amor es saber soportar; es ser bondadoso; es no tener envidia, ni ser presumido, ni orgulloso,  ni grosero, ni egoísta; es no enojarse ni guardar rencor; es no alegrarse de las injusticias, sino de la verdad.  Tener amor es sufrirlo todo, creerlo todo, esperarlo todo, soportarlo todo. (1ª Corintios capítulo 13, 4- 7).

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