Eliezer Sosa
Al
mismo tiempo, aseguran los científicos, podrían surgir nuevos
ecosistemas.
El
calentamiento global, la desertización y las pérdidas del agua
causadas por el cambio climático en nuestro planeta son las
principales causas de la reducción de la diversidad biológica en la
Tierra. Los resultados de los estudios recientes revelan que en la
costa de EEUU, donde los cambios de temperatura son especialmente
evidentes, la población de salmones se ha reducido en decenas.
Los
arrecifes de coral podrían llegar a desaparecer en los próximos
años: las altas temperaturas de aire los privan de las sustancias
nutritivas, causando de esta forma su decoloración y su posterior
muerte. La reducción de las precipitaciones y el aumento de la
duración de las temporadas cálidas en Australia ponen al borde de
la extinción a muchas especies de marsupiales, canguros incluidos.
Un clima más seco y menos predecible en África subsahariana ha
reducido considerablemente el hábitat de los elefantes.
En
un futuro no demasiado lejano el cambio climático puede hacer
desaparecer a muchos elementos del paisaje. Así, ha empezado a
destruirse el sistema de las praderas alpinas que están siendo
sustituidas de forma vertiginosa por los bosques. Los ásteres
alpinos y la especie conocida como carex
nigra son
incapaces de sobrevivir a la sombra de los árboles. Por esta razón,
las plantas de las praderas que llevaban siglos en la zona con el
paso del tiempo quedarían únicamente en espacios muy reducidos.
28
enero, 09:29
El
cambio climático creará nuevas formas de vida en la Tierra
Los
científicos han descubierto que las especies más fuertes han
emigrado a los polos para conservar de esta forma el hábitat
necesario, explica el catedrático de la Academia de agricultura
Timiriázev de Moscú, el biólogo Serguéi Kruchina:
–En
la provincia de Moscú han aparecido especies de insectos y algunas
plagas de plantas características para las zonas sureñas. Se puede
decir que ciertos animales y plantas que necesitan el calor para
vivir se están instalando más al norte. Cualquier propietario de
una casa rural de la zona central de Rusia sabe que si planta uvas o
algunos frutales originarios del sur, recogerá cosechas sin problema
alguno.
Los
estudios recientes han revelado que el cambio climático es
especialmente marcado en las latitudes altas. Se han reducido el
hielo y las zonas cubiertas por nieve en invierno. Todo ello afecta a
quienes habitan las zonas nórdicas, cuenta el coordinador de los
proyectos del Fondo Mundial para la Naturaleza que se proponen
preservar la biodiversidad del Ártico, Mijaíl Stishov:
–Los
primeros damnificados son las morsas y los osos polares. Estos
últimos, por ejemplo, suelen cazar sobre hielo que ahora no es
especialmente grueso y en verano la situación se vuelve crítica.
Tienen que cazar roedores o atacar a pájaros.
Como consecuencia,
acuden con más frecuencia a los poblados, lo que aumenta el número
de enfrentamientos entre osos y humanos y sus víctimas, por
supuesto. Con las morsas ocurre algo muy parecido.
Es otra especie de
caza sobre hielo y también se ven obligados a salir a la costa.
El
aumento de las temperaturas no solo afecta al grosor del hielo en el
Ártico. De acuerdo con las últimas investigaciones, el
calentamiento global a la larga hará que incluso los depredadores
más grandes reduzcan su tamaño.
ya ocurrió una vez, hace unos
cincuenta y cinco millones de años. Fue el período de subida de
temperaturas más significativo desde la desaparición de los
dinosaurios.
La razón, opinan los científicos, podría radicar en
la falta de alimento, dado que con un alto nivel de dióxido de
carbono las plantas son menos nutritivas.
Los
estudios recienten revelan que el actual cambio climático se operará
con una velocidad dos o tres veces más alta. De modo que los
animales y las plantas, para sobrevivir, deberían cambiar a un ritmo
muy elevado y, por lo tanto, es posible que aparezcan nuevas
combinaciones de especies y comunidades que formarán ecosistemas
nunca vistos.
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